41 Soy Amelia

El conductor del taxi le preguntó a Amelia a donde la llevaba, ella estaba que se soltaba a llorar, sentía que el corazón se le quería salir de su pecho. Pensó por un momento a dónde ir, tenía la sensación de haberlo pedido todo, se encontraba sola como nunca antes y sentía miedo.

Debía distraer a la gente de Marino, sabía que sus ojos estaban encima vigilando cada uno de sus movimientos; entonces le indicó que la llevara al centro comercial que Silvia frecuentaba. Tenía planeado disfrazarse y de allí poder escapar.

***

Ignacio subió a ver  a la niña, tenía su otro cubierto por la tristeza que lo había invadido. Lucrecia y Diego estaban serios; la escena parecía  como si todos ellos estuvieran en un funeral.

Lucrecia miró a Ignacio y con tono de reproche le dijo:

—Espero que no tengas que arrepentirte de
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