Con el teléfono en manos, Ryan escribe las órdenes y yo retomo mi trabajo con el hielo, por eso, termino con las manos frías y su entrepierna demasiado húmeda por el agua que sale del hielo.
— Creo que no deberíamos permitir que alguien entre aquí.— ¿Por qué? ¿Sigues deseando quedarte conmigo a solas? — pregunta Ryan en tono burlón y yo niego de inmediato.— No, lo digo porque mi blusa está completamente húmeda para volverme a colocar eso y tu pantalón… bueno, pareciera que te hubieses orinado. — digo y Ryan asiente.— Buscaremos la manera. Primero, ayúdame a levantar. — dice Ryan y yo me muevo como pueda para poder ayudarlo como me pide.Pero, yo soy solo un pequeño conejo intentando levantar del suelo a un canguro. Así que, es bastante difícil para mí hacer algo así