El pánico se apodera de mí y yo tomo a mi esposa en brazos, para correr rumbo al ascensor, de donde veo a mis escoltas corriendo para ayudarme. Ellos presionan el botón para poder subir al primer piso, mientras yo veo su pecho con leve movimiento, mientras su rostro y brazos se mantienen lejos de mi campo visual.
La puerta del ascensor se abren y de inmediato, soy auxiliado. Uno de los enfermeros, sostiene su cabeza, que había quedado prácticamente colgada de su cuerpo, porque por más que la intenté acomodar en mi pecho, no fue posible.— ¡¿Qué le hiciste?! — grita su amiga, mientras yo veo mis manos donde ella estaba hace solo segundos.— Yo… solo respondí la pregunta que me hizo. — digo en un susurro.— ¡Es mentira! ¡Algo le hiciste! — grita Nina golpeando con fuerzas mi pecho.Yo no me defiendo, porque realmente merezco todo d