Me despido de Nina y entro a la pista privada donde ya hay un trasporte para mí, así que, de inmediato, entro al jet y me siento en la cómoda silla, donde pienso muchas cosas relacionadas al propósito de mi viaje y al papel que tengo en mi bolsillo.
— Buenas noches, señora Day, ¿está lista para marcharnos? — pregunta la azafata y yo me quedo mirándola fijamente.— No estoy lista para quedarme, pero, tampoco para irme. Yo… estoy en un punto muerto donde no sé si las decisiones que tomo son las correctas. — respondo.— ¿Ah? — pregunta la mujer con evidente confusión.No entiendo que es lo que voy a hacer, porque independientemente de lo que decida, me preocuparé. Eso se debe a que si me quedo, la desconfianza se hará más grande, porque ya hay pruebas de que no está donde me dijo que estaría.Esa mentira, m&a