Después de una noche pensativa sobre ser madrastra, un susto por las pesadillas de Ryan y el casi incendio provocado por Sashel, por fin pude dormir.
Después de las confesiones, nos acostamos a dormir y solo las caricias de Ryan me despiertan aunque los rayos del sol parecen haber salido hace rato. — Buenos días, pequeña dormilona. — dice Ryan— ¿Qué hora es? — pregunto adormilada— Es mediodía, por eso te he llamado, debes comer. Aunque no sufras de resaca, es bueno alimentarte e hidratar tu cuerpo.— No bromees para despertarme rápido. — digo y él besa mi hombro.— Realmente es esa hora. Por culpa de Sashel nos dormimos a las cinco de la mañana, así que, es normal que sientas que dormiste toda la noche, cuando lo que hiciste fue dormir toda la mañana. — dice Ryan.Aturdida, miro hacia el reloj en la pared