Marina bajó del auto.
—Hijo ¿qué sucede con la muchacha? —Él le dijo a Scarlet.
—Vamos a mi casa y te tomas un té, después me dices a dónde deseas ir y te llevo.
Dentro del auto Juan Carlos le presentó a Marina, Scarlet no estaba de humor para conocer a nadie y menos tenía ganas de hablar con vecinos de los Salvatierra que de seguro ya debían saber todo sobre ella.
Cuando llegaron a la casa Marina le preparó un té y se lo llevó a la sala. Scarlet estaba con Juan Carlos y con Gema que aún no se había ido a dormir.
No había que ser psicólogo para darse cuenta que Scarlet estaba muy deprimida, ellos lo notaron, Marina sintió compasión por la muchacha. Por su carácter intrépido no vaciló en preguntar:
—¿La arpía de mi amiga Elena te echó de la casa a