Scarlet estaba sola y llena de miedo en aquella habitación. Esperaba que en cualquier momento Alejandro fuera por ella. Era increíble la forma como su vida había dado un vuelco en un abrir y cerrar de ojos. No esperaba que Jr. fuera a despedirse de ella, pero Regina llegó a la habitación con el niño. Él la llamó Scarlet, anonadada miró a Regina, la mujer le dijo:
—Ya sabe toda la verdad. —Scarlet le agarró la carita al pequeño y lo miró con ternura.
—No soy Ángela, pero eso no quiere decir que no pueda quererte mucho.
—Quisiera que te quedaras con mi papá y conmigo.
—Yo también, pero tengo que irme a New York, debo hacer otras cosas, pero siempre voy