En cuanto tuvo oportunidad, Willy se fue a la oficina de Annie para echarle sal en la herida. Ella estaba sentada detrás de su escritorio y lo miró con cierto recelo, lo detestaba por las cosas que le hacía a Raiza.
—¿Qué quieres Willy?
—Solo vine a charlar un rato.
—Sabes que no me interesa charlar contigo. —Él con un tono de voz burlesco agregó:
—¡Qué tal lo que hizo tu querido Rodrigo, venir a casarse con una prostituta! —Ella sin mirarlo respondió:
—Lo sé, no hace falta que me lo digas.
—Qué mal hizo mi cuñadito, después de todo lo que hiciste po