25| Casi.
En el auto, Emiliano no pronunció ni una palabra, a Sara aquello le pareció extraño, normalmente siempre tenía un tema de conversación o algo que reclamar, pero en ese momento estaba distraído, pensativo.
— ¿todo está bien? — le preguntó Sara y Emiliano se encogió de hombros.
— yo no debería contarte estas cosas — Sara entendía que el hombre tal vez necesitaba desahogarse, ella tal vez era la menos indicada, Pero ¿quién más?
— ¿Y a quién más podrías contarle?
— bueno, ¿recuerdas a mi amigo? El que quería manosearte en mi noche de despedida de Soltero — Sara se cruzó de brazos.
— Cómo olvidar a ese idiota.
— A él le cuento todo, pero está en un viaje de negocios.
— Bien, entonces Cuéntamelo a mí. Sé que puedo ser la menos indicada, pero tal vez hablar te funcione — Emiliano se lo pensó por un largo rato, y ya casi estaban en casa cuando al fin suspiró.
— Lara y yo habíamos decidido intentarlo, ¿sabes? Nuestro matrimonio no era más que negocios, pero ella Vino hace días a mi oficina y