El tono de su último comentario me pareció extraño, como si insinuara algo, algo que yo no entendía, Keller cambió su expresión a una más burlona.
-Claro que tiene buen gusto, será mi esposa después de todo.
-Por supuesto...
-Creo que deberíamos volver a ver las sortijas hermano, la dependienta nos espera.
-Claro... Por cierto...
¿Cómo se llama tu hermana? Si es que de verdad tienes una, claro.
Ya entendí, Keller no le creía a Aron, pensaba que él simplemente me había pedido que lo acompañara con el pretexto de su hermana, pero yo sabía que Aron no era así, era bastante directo, si hubiera querido me habría revelado sus intenciones, además realmente su relación con su hermana era esa, ella vivía lejos y viajaba a verlos muy poco, no sabía por qué, cuando volvía él la visitaba y le llevaba un obsequio, su hermana se había casado joven a los diecinueve, así que desde que se casó estaba bastante ocupada, Aron ya se había acostumbrado a esa dinámica, verla poco, comprarle un obsequi