Amme le pidió su auto a uno de los empleados de la mansión y en cuánto se lo entregó nos subimos y nos fuimos.

-¿A dónde quieres ir?

-A desayunar, muero de hambre.

-Perfecto, algo en especial.

-Un restaurante italiano estaría bien.

-Excelente. ¿Cómo va tu pastelería?

-Muy bien, de hecho terminando de desayunar iré hacia allá.

-¿Tienes empleados?

-Aun no, yo me encargo de todo.

-Emma eso es mucho trabajo. ¿No crees?

-Para nada, no tengo nada más qué hacer y me gusta.

Además estoy empezando, contratar ahora suponiendo que siempre tendré la misma cantidad de ventas sin tener pérdidas es demasiado arriesgado e iluso, no puedo darme tal lujo todavía.

-Está bien, pero en algún momento tendrás que hacerlo, después de todo te convertirás en la señora Keller.

-Ja ja ja.

-¿De qué te ríes Emma? No te lo tomas muy en serio todavía, ¿cierto?

-Honestamente no. Se me hace hasta irreal y si me lo preguntas te diré con honestidad que lo que mal empieza mal termina y dudo que esto vaya a t