— Mami – Dylan corrió hasta a mi más que feliz, me agache a su altura para recibirlo con los brazos abiertos – Te extrañe ayer – comento
— Y yo a ti mi amor, pero no podía venir
— Si, lo sé – me sonrió - Vino una señora con un traje muy chistoso y estuvo dando vueltas por todas partes – me conto
— Y por eso mismo no me dejaron venir cariño
— Si tía Ana me lo dijo – me dio una sonrisa – pero ahora estoy feliz porque estás aquí y has traído a Ethan – el aludido que hasta ahora se había mantenido el silencio se incluyó a nuestra conversación.
— ¿Cómo estás campeón?
— Bien, gracias por venir a verme.
— Oh, pero no he venido solo a verte.
— ¿De qué