Capítulo 30
Camila abrió los ojos lentamente, le dolia la cabeza, recordó el accidente y la discusión desmedida después de eso, nada más.
La luz de la lámpara la hizo parpadear, Estaba en la habitación, recostada, laa costillas le dolían y le era doloroso moverse.
Luciano estaba sentado junto a la cama, tomándole la mano. Tenía los ojos puestos en ella con devoción, como si hubiera pasado horas observándola esperando que despertara.
—¿Dónde…? —preguntó con voz baja.
—Estás bien —respondió él rápido—. El médico dijo que fue una caída leve, Solo algunos golpes y No hay fracturas, ni conmoción.
Camila intentó sentarse, Él la ayudó y ella suspiró recordando un poco lo que había pasado
—Te asustaste… —sonrio ella
—Mucho —dijo él con sinceridad.
Luciano la miró a los ojos, acaricio con suavidad su mejilla y suspiro
—Si esto me pasa en España ¿quien me salva? —intento bromear Camila, ella se acercó para darle un beso, pero el se alejó
—Camila… entiéndelo, Todo esto lo hago por tu bien y no