Al día siguiente por la mañana Rebeca llamó a sus padres y estos obviamente no le negaron a su hija que fuera a la librería, justamente ese día el chico que había estado allí no iría, había renunciado el viernes y sus padres no le dijeron nada para no preocuparle, ni para darle molestias y ya se las arreglarían.
Úrsula le acompañó, viajaron en taxi hasta la casa de los padres de Rebeca y antes de que Úrsula se fuera, se despidieron con un beso, quedando Úrsula de ir por ella para de allí dirigirse de compras.Aquél día no se le hizo tan largo a Rebeca y de alguna manera comer otra vez con su familia le hizo sentir que solo había ido a casa de Úrsula por dos noches, pero al verse la mano izquierda con dos anillos le hacía sentirse extrañamente feliz y al mismo tiempo pensar en Úrsula y extrañarla a horrores como siempre. Sus padres no tuvieron necesidad de preguntarle cómo se sentía ahora su vida de casada, su rostro decía que estaba más que feliz y Úrsula tenía