Capítulo 91. El castigo de una obsesión. Parte 2.
Fazio.
Establo escondido en el cortijo Bello Amore, en las afueras de Dos Hermanas, Sevilla, Andalucía, España, 2024.
-” ¿Estás enamorado de tu sobrina Coorah? ¿Estas tan enfermo que deseas a la hija de tu hermano?”- le pregunté en tono sereno, que nada correspondía a los que sentía en mi interior.
Noté como, tanto mis hombres, como el tío de Coorah, pese a tener una venda en los ojos, se tensaban con mi pregunta, la razón de la tensión en mis hombres era normal, ellos comprendían que, dependiendo de la respuesta de nuestro invitado, esa noche sería más, o menos larga, habría más, o menos trabajo que hacer.
Pero en el caso de ese estúpido de Dural Bell, sólo arrojaba una verdad, que mi pregunta había pinchado en hueso, era incomoda, y muy cercana a la verdad, y eso, su respuesta, lo hizo aún más evidente.
-” Yo... ¿Cómo? ... es mi sobrina... sólo quiero protegerla ...”- si pensarlo hice un gesto con el dedo, para que Bruno lo golpeara en el estómago.
Aún no quería marcarlo con e