Capítulo 118. Un descubrimiento que provoca ira.
Kiora.
Ático de lujo de Heng Thomas, Bondi Beach, Sídney, Australia. 2024.
-” ¿Es que no te has enterado? Esa maldita zorra, mandó a dar una paliza a tu padre, cuando la fue a ver, a ese pueblo perdido en España. Si hasta lo quemaron con un hierro incandescente, como si fuera ganado. ¿Con quién demonios se casado esa zorra? Ese maldito salvaje ¿Cómo puedo hacerle eso a tu padre? Y encima Dural no quiere que hagamos nada, que todo se borre, tu padre apenas habla, y ya ni va a la oficina, se pasa el día encerrado en su despacho, bebiendo.”- dijo ella descontrolada.
Las palabras de mi madre tuvieron diferentes reacciones en mí, algunas de tensión y sorpresa, pero, sobre todo, de incredulidad, nada de lo que me contaba mi madre podía asociarlo a Fazio, por lo menos el que yo conocí, y menos aún a mi prima, nunca a mi Dulce.
-” ¿Qué demonios me estas contando madre? Deja de inventarte cosas, imposible que mi padre deje el amor de su vida, su maldito grupo Bell. Además, no sé ni de que