Layla regresa al grupo con una risa ligera, tomando la botella de champaña y uniéndose al desenfreno.
La música sube de intensidad, y el ambiente se carga de una tensión eléctrica. Yasmin y Layla, ahora en brassieres y tangas, bailaban con movimientos sensuales mientras rodeaban a Lucas, que no podía apartar la mirada.
Lucas, atrapado entre el deseo y la duda, pasaba sus manos por su rostro intranquilo, sintiendo como su miembrö en su entrepierna empezaba a doler por la exciäcïön
Por más que intentaba mantener la compostura, el Alfa no podía negar que la situación lo estaba superando. Nunca antes había estado en un escenario tan explícito. Los enormes pechos de ambas suben y bajan por el movimiento mientras contonean sus caderas.
Las hermanas, conocedoras de su ventaja, no dejaban de provocarlo, riendo entre ellas y compartiendo miradas cargadas de complicidad.
—No se vale, ustedes son muy traviesas —dijo Lucas con una sonrisa nerviosa, llevando la botella a sus labios para tomar un l