Capítulo 45. Nosotros lo tenemos.
Mientras Ader apretaba el cuello de Youssef, este se reía burlesco, provocando más rabia en el hombre y como si eso no fuera suficiente, comenzó a incitarlo con saña.
—¡Basta! —rugió Ader, soltando a Youssef de repente, pero dejándolo tambaleándose—. ¡Cierra tu maldit4 boca!
Youssef, momentáneamente aturdido, intentó enderezarse y recuperar su compostura. Ader lo miró con una expresión amenazante, sus ojos irradiaban una intensa ira.
—Llama a mi esposa —recalcó la palabra esposa—, y a mi hijo, porque si no lo haces voy a acusarte de secuestro… ¿Qué va a decir la gente cuando escuche que uno de los políticos más prominentes de este país y que es candidato al senado de los Estados Unidos secuestró a la familia de un honorable militar? —inquirió amenazante.
—¿Honorable tú? Creo que careces de eso, es que pienso que ni siquiera el significado de la palabra debes conocer… y si quieres llamar a la prensa y denunciarme ¡Hazlo! Pero de aquí, no te los vas a llevar, tendrás que pasar por enci