Capítulo 35. Como quiera la dama.
Amine frunció el ceño, confundida por las palabras de Emma.
—¿Qué quieres decir, Emma? —preguntó Amine, tratando de mantener la calma—. ¿Acaso te vas a casar con Ader? ¡Estás de manicomio! Y piensas que estoy pintada en la pared si haces eso.
Emma se quedó en silencio, sintiéndose sin fuerzas para hablar, llevó las manos a la cabeza en un gesto de desesperación, la noticia de la muerte de su padre había sido un golpe devastador, sumado a la traición de Justin, todo era demasiado confuso para ella.
—Siento que no tengo nada más que perder —dijo Emma, finalmente—, perdí a mi padre, el hombre de quien me enamoré me traicionó, siento que no tengo razones para seguir —pronunció con los ojos humedecidos.
Amine frunció el ceño, sintiendo la preocupación y el miedo creciendo en su interior.
—No digas eso, Emma —dijo Amine, tratando de sonar reconfortante—. Tienes a tus hermanos.
Ella hizo una mueca de burla.
—Ni siquiera los he visto más en los últimos tiempos.
—Mira, el dolor te nubla la ra