—Anderson irá por ti mi amor —escucho un gruñido y yo volteo los ojos.
Ay, no… Ahora quiere mandar por mí, amo a mi madre, pero se pasa de protectora. Ella tiene que entender que ya no soy una niña, una cosa es que me dé un consejo a que me controle.
—Nadie vendrá por mi madre, sé que olvidé el viaje, pero hoy tengo una cita con la familia Carrington y por nada del mundo me la perderé —sonrió de oreja a oreja.
Mi madre está preocupada por mí y es obvio que se enteró de todo lo que sucedió en estas cuatro paredes, y los soplones son los hombres de seguridad, ya que los gritos se escuchaban por toda la casa. Nuevamente digo que mi madre me sigue tratando como su pequeña y eso que ya me siento más vieja que ella, por eso trato de que ella no se meta en mis cosas, aunque es imposible porque todo me lo quiere controlar.