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La señora Odesa se está encargando de alistar las maletas, y mientras eso yo haré algo importante, llamaré a la señora Hassler, quiero saber lo que ella tiene planeado, que es lo que busca o que es lo que está haciendo para que deje a su hija en manos de los Carrington.
No odio a Elliott, pero no deja de ser un Carrington.
Agarro mi móvil y con mucha ansiedad busco el número de la señora, ¡aquí esta! Llevo mi móvil a mi oído, se pasan los tres repiques para luego mandarme a buzón. Ja. Yo no soy de las mujeres que después de una llamada que no contestan no vuelven a insistir, ¡yo no soy así! Soy una mujer que insiste y de las que obtiene las cosas a las buenas o a las malas.
Vuelvo a marcar y es cuando me contesta, esa dulce voz me tendrá que decir todo.
—Buenos días, señora Hassler.
—Sol, c