Samanta dio vueltas en su cama sin poder dormir. Daniel no regresó esa noche.
Incluso envió a su secretario por ropa de cambio.
- Señor Ross, ¿ Por qué Daniel no vino por su ropa?-
- Estaba muy ocupado resolviendo asuntos pendientes de la compañía señora.- le explicó.
- ¿ Sabe si desayunó?-
- Pasaré por su desayuno ahora.- le sonrío.
El pobre asistente no debía tener idea de su discusión, sólo estaba cumpliendo órdenes.
- Estaré en una hora en la compañía.- le informó al secretario.-
- La esperamos allá señora, buen día.- recibió del mayordomo la ropa de Daniel y se fue sin mayor demora.
Los niños notaron la ausencia de su padre en el desayuno, trató de hacerlo ver como un evento cotidiano.
- Su papá se fue de madrugada a la compañía, me encargó darles los buenos días y que tengan un excelente día en sus colegios.- sonrío.
Lucas que no se tragaba fácilmente las mentiras, intuía que no era verdad, su padre no volvió esa noc