Mi cuerpo duele y mucho, siento que voy a morir en cualquier momento y es ese el dolor que me mantiene despierta. El autobús que iba en movimiento lentamente se detiene y de este salen varios hombres armados que en cuestión de segundos entran al bosque disparando.

— Hemos sobrevivido. — dice Naela y yo lloro.

— No puedo más. — susurro con mi corazón acelerado.

— Tranquila, ya ha llegado la ayuda. — dice Noemi.

‘Me estoy muriendo, así que, al menos me alegra saber que quienes se sacrificaron por mí, no van a morir.’ Me digo mentalmente.

Me sacaron del infierno, el único problema es que mi cuerpo no es inmortal y por eso, no puedo sobrevivir a tanto. Pero, no las culpo, mi hijo no pasó por toda esta mierda y afortunadamente se encuentra en un lugar seguro.

Mi cuerpo duele tanto que siento como en cualquier momento podría morir 

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