Inaudito, puedo decir muchas cosas negativas de Arnold, pero, prefiero guardar todo ese odio para enfocarme en irme lejos del bastardo que me ha hecho vivir un infierno porque según él yo soy una mujer infiel cuando la realidad es que el infiel soy yo.
‘Desgraciado.’ Digo en mi mente, mientras observo al hombre que se coloca frente a mí con su rostro lleno de pánico, pero, no de vergüenza.— Eva, espera un momento. — dice Arnold colocando sus manos en el auto mientras intenta llegar a la puerta del auto, pero, yo ya me he adelantado con el seguro.— ¡Tú eres una maldita basura, Arnold Krick! — grito enojada.— Yo te voy a explicar.— ¿Vas a explicarme como te follabas a las mujeres que tuviste el descaro de llevar a mi casa…? No, es tu casa, por eso me humillas de esta manera, ¿verdad? — pregunto con molestia.Soy una idiota, una comp