Quiero hacerlo, siento que si no le hago daño no podré seguir adelante, porque él como otras personas intentarán causarme dolor y debo defenderme. Pero, siento que es eso lo que él desea, está provocándome y es para tenderme una trampa.
‘¿Qué vas a hacer, Eva? ¿Tolerarás que te traten como basura… como un chivo expiatorio?’ me pregunto mentalmente.Pero, por mucho que tengo muchos motivos para hacerle daño, me abstengo de tocarlo, ni siquiera me muevo de donde me encuentro, porque no puedo implorar que la violencia este fuera de mi vida, si actúo de forma violenta.— ¿Qué te pasa? ¿No eres capaz? — pregunta él en tono burlón y yo lo observo lleno de odio.— Mereces morir, de eso no tengo dudas.— ¿Lo harás tú? — pregunta Luise en tono burlón.— No,‘Al menos vas a marcharte de este infierno.’ Me digo mentalmente.El alivio me invade, porque al fin voy a tener un traslado tranquilo y será gracias al hombre que no me agrada ni yo a él tampoco.‘Quien menos uno cree es la persona con la que uno cuenta más.’ Me digo mentalmente.La tortura continua para ellos y yo me abrazo con fuerzas pensando en mi hijo y todo lo que puedo hacer cuando nazca para protegerlo de su padre y todo el daño que el mundo está desesperado por causarnos sin que tengamos algo que ver.Los minutos parecen una eternidad, pero, no puedo decirle que si puedo quedarme afuera donde no puede protegerme de su propia gente y torturar a los escoltas que se suponen que están para hacer su vida más fácil y en realidad hicieron lo contrario.— Por favor, líder. Perdóneme, no volveré a hacerlo. — dice Luise.— No sé
No puedo evitar sorprenderme, sin duda, no esperaba este tipo de ayuda de un hombre que solo me causaba miedo, sin embargo, no voy a llenarlo de preguntas cuando su motivo es evidente.Por eso, le sonrío moviendo mi mano mientras me alejo en la lancha rumbo a un nuevo destino. Uno que espero que sea menos hostil conmigo, porque mi bebé y yo necesitamos descansar.Nadie me hace preguntas, solo me llevan a tierra firme donde como dijo Damián, soy tratada con amabilidad mientras me entregan un mapa.— ¿Qué es esto?— Los puntos rojos son donde hay cámaras. — dice uno de ellos.— Oh, entiendo.— Este dinero te servirá para sobrevivir al menos una semana.— Gracias, muchas gracias. — susurro y después de tener todo listo para marcharme, soy subida a un taxi donde después de ver las cámaras, decido a donde ir.Sé que no puedo quedar
Seis semanas despuésHe podido descansar como corresponde, finalmente después de tanto estrés puedo quedarme en una casa donde nada me recuerda a mi esposo o todo lo que me hizo vivir. Bueno, aunque sigue insistiendo en querer verme y por ello, llena las redes sociales con mis fotografías y la palabra se busca.Eso me causa satisfacción, porque aunque es jefe de la mafia, no ha podido encontrarme. Solo espero que eso se mantenga por más tiempo, en especial ahora que mi vientre ya se ve y mi brillo ha sido recuperado.— Las cosas están saliendo muy bien, justo lo que necesito.— Buen día, pequeña, ¿Cómo dormiste hoy? — pregunta en un audio una de las vecinas que me encontré cuando salí a comprar la comida hace unas semanas.— Me encuentro bien, ahora iré al doctor.— ¿El bebé se encuentra bien?— Voy a h
Celebro internamente porque tendré a mi pequeño para mí, una familia de dos: madre e hijo. Una chica que no tenía familia con quien refugiarse y ahora tiene alguien que es mitad mía, una mitad que me aferraré por hacer más grande para que no tenga problemas en un futuro por la maldad… de su padre.Salgo del consultorio con una nueva fotografía de mi bebé, una que no olvido como la última vez y me marcho hacia el área de fertilidad donde me encuentro a Gabriela llorando.— ¿Te encuentras bien? — pregunto preocupada.— Mi esposo es infértil. Es él quien tiene dificultad para tener hijos. — dice Gabriela llorando y yo la abrazo.— Hay tratamientos, no te desesperes, querida, cuando menos lo esperes, podrás tener muchos bebés. — le aseguro, pero ella solo llora durante varios minutos en los que no sé c&oacut
Reaccioné mucho antes de pensar sabiamente que era lo que tenía que realizar y eso me ha colocado en una sospecha que no puedo justificar. Pero, la verdad es que me ha costado mucho esta libertad y tranquilidad para perderla solamente porque una persona chismosa va a mandarle esa información a mi esposo.— No me importa a quien tenga que llamar, lo que sí necesito que entienda es que yo no soy esa persona que desapareció o murió y usted conocía. También debes tomar en cuenta que no te conozco y aunque seguramente debes tener una historia muy interesante, no puedo permitir que me haga conocer personas extrañas solamente porque cree que soy alguien que desapareció. Así que, deténgase.— Lo siento si la he incomodado.— Mi amiga está teniendo una discusión y yo estoy perdiendo el tiempo con usted, porque al parecer, tengo una clon en alguna parte del mundo
Camino rumbo a mi casa, he terminado tan tarde el trabajo que no hay autobuses que pueda usar y los taxis están fuera de mi presupuesto. Por eso, con mucho miedo camino por las calles de Nueva York implorando que no sea una de las miles de mujeres que aparecen muertas y no saben porque.Sin embargo, aún estoy lejos de mi destino cuando escucho unos disparos que me hacen correr aunque me siento extremadamente agotada. El miedo, me hace ver cosas que no son y las ganas de vivir son tan grandes que corro más rápido de lo que estoy acostumbrada.Pero, la suerte no parece estar de mi lado. Porque choco con alguien que huele a pólvora y sangre. Por la rapidez con la que corría, el impacto me hace rebotar y caer al suelo. El hombre me observa sorprendido y yo retrocedo con temor al ver como de sus brazos sale sangre y ni siquiera así suelta sus armas.— Perfecto. — dice él acercándose a mí.— Por favor, no me haga daño. — digo intentando correr, pero, él me agarra con brusquedad y me pega a
Me he concentrado tanto en mi trabajo que cuando llego a mi casa grito al ver aún a mi visita inesperada acostada en mi cama.— ¡¿Qué pasó?! — grita él apuntándome para después suspirar profundo.— ¿Qué haces aquí? — pregunto molesta.— ¿Me estás echando acaso?— Debes marcharte, este es mi espacio y contigo aquí no tengo donde dormir.— Puedes dormir a mi lado.— ¿Eres mi esposo, señor? Porque solo los esposos duermen juntos.El hombre que parece muy cómodo en mi casa, me sonríe, pero, no se molesta en alejarse de mi cama o marcharse, porque se acomoda más como si no estuviera herido.— Entonces eres virgen. — dice él en tono burlón.— Si soy o no virgen no es tu problema.— Tienes razón, no es mi problema. Parece que estás molesta porque me encuentre aquí.— No te conozco y es evidente que eres alguien peligroso, por eso no te quiero aquí. Si vienen tus enemigos, nos matarán y nadie podrá salvarnos.— No te preocupes, ya vamos a marcharnos, solo te estaba esperando.— ¿Marcharnos? ¿
Yo sí quiero saber en qué planeta, dimensión desconocida o realidad alterada yo soy su mujer, porque en esta sin duda no lo es. Pero, no tengo tiempo para aclarar algo así, porque los disparos no se hacen esperar y el hombre despiadado que no le preocupa que este en medio de los disparos continua con el enfrentamiento que reafirma el hecho que soy su mujer.— ¡No apunten a Arnold, maten a la maldita mujer! — grita el hombre.— Pero, ¿yo que culpa tengo? Yo no he pedido que se maten entre sí. — digo llorando.— No se preocupe, señora Krick, nosotros la protegemos. — dice uno de ellos y si pudiera me quitara el zapato para golpearle la cabeza.— ¡Yo no soy la señora Krick! — grito levantándome con enojo, pero, rápidamente Arnold me hace agacharme solo para observar cómo perforan la pared porque varias personas apuntaron hacia el mismo lugar.‘Así hubiese quedado mi cabeza por haber sido tan imprudente.’ Me quejo mentalmente.Agradezco a Dios por tener la oportunidad para vivir un poco m