Ella vive en las alturas, alejada de las personas que pueden causarle un daño irremediable. El otro vive entre las riquezas de un corazon vacío, sin encontrar a la mujer de su vida. Pero un trato inquebrantable que se había creado hace muchos años, hará que ellos se unan. Un Alfa en busca de su mate y una Vampita en busca de la salvación de su padre. Andrew y Victoria tienen que aprender a vivir una vida que ninguno de los dos estaba dispuesto a compartir, pero un trato es un trato. ¿Lograran superar sus diferencias?
Ler maisLos caminos se están volviendo cada vez más oscuros, es imposible caminar tan rápido cuando encontramos una cantidad innumerable de telarañas enredadas en cada esquina que estamos doblando.
-Papá- le llamo pero es no se gira, veo como su ropa está siendo cubierta por el color blanco de las telarañas y el polvo que recubre las paredes. –Padre- vuelvo a llamarlo y siento que me está ignorando de la forma más estúpida que puede existir.
-No estoy para hablar ahora, Victoria- el murmuro en sus labios es casi un susurro, por lo que es un milagro que el realmente este abriendo sus labios para soltar aquellas palabras.
Su incesante caminata me esta haciendo doler los pies, pero no quiero quejarme, no creo que deba, no ahora.
-Los Dankworth está de camino- vuelve a decir y sé de qué está hablando, pero tengo la necesidad de que salir corriendo de aquí no es la mejor idea, no para mí, pero para mi padre sí.
La oscuridad está siendo abrumadora, estamos ubicados en la parte subterránea de lo que ha sido mi casa por 200 años, para mi padre quizás sean 500 años, pero nunca fue el hogar de mi madre
-¡No!- sus fosas nasales se abren grandemente cuando se gira a mirarme y luego observa el pasillo oscuro – ¡Tenia que traer una antorcha que pueda durar más tiempo!- mueve mi cuerpo y ahora camina en la misma dirección de la que veníamos.
Mi mano está tocando las paredes de piedra color grises y negras, quiero por lo menos recordar en la yema de mis dedos lo que un día fue mi casa.
-No debemos huir- me detengo cuando mi padre se detiene varios pasos delante de mí.
-¿Qué estás diciendo Victoria? ¿Estás loca?- sus ojos están desorbitados y es lo único que logro ver en él, causado por el leve reflejo de lo que está siendo una antorcha que tuvo vida en algún momento.
Y todo se vuelve oscuro –Hija- extiendo la mano y toco el pecho de mi padre y este la toma entre las suyas –Si no te saco de aquí, vas a morir- aquella confesión sabía que existía, me duele y sé que este no es el final que quisiera mi madre para mí, ni mucho menos mi padre.
-No cuestionemos el destino- susurro pero mi padre está tirando de mi brazo y lo veo tocar las paredes, yo hago lo mismo que el para tantear hacia donde nos dirigimos.
-Una esquina- dice él de nuevo y comienza a caminar lo más rapido que puede, deja de tocar las paredes hasta que encontramos el mismo camino por el que iniciamos -¡No puede ser!- puedo ver la luz que da al pasillo que es ya parte de la casa –Tu madre nunca me lo perdonará, Victoria- lo veo caer sentado en uno de los escalones y como sus manos entran en su cabello color negro y tira de él.
Cuando alza su mirada puedo observar el color rojo estar formándose –Te amo- me siento a su lado y el asiente abrazándome. Lo veo cerrar sus ojos cuando me toma de mis mejillas y pega su frente a la mía. Yo llevo mis manos a sus mejillas y entonces veo todo.
“-Gustav- dice mi madre en los brazos de mi padre, este la acerca y deja un beso en los labios de ella –Seremos padres- cuando él se aleja se puede ver un brillo en sus ojos que estaban color rojo.
-¡Dios mío!- toma a mi madre de sus mejillas y deja un beso sutil en los labios –Me haces un hombre inmensamente feliz, mi amor- deja otro beso en sus labios –No importa si es niño o niña, lo cuidare hasta que el último día de mi vida este cerca- la toma en sus brazos y se funden en el durante un largo tiempo.
-Gustav, serás el mejor padre que podrá existir-”
Abro mis ojos y mi padre está mirando en mi dirección. –Lo has visto ¿Verdad?- me pregunta él y yo asiento. –Te amé antes de nacer Victoria y cuando te tuve en brazos fuiste mi luz- deja un beso en mi mejilla –Y no dejare que nadie te apague- toma mi mano y me hala de mi brazo.
-Siempre has sido un gran padre- digo mientras el tira de mi brazo y comienzo a caminar en su dirección.
-Tu madre sabe que serias quien heredaría nuestro apellido y lo alzarías- dice el aun tirando de mi brazo, vuelve a girar en otra esquina. Tanto sus ojos como los míos están en tonalidad roja y de repente es como si estuviéramos encontrando un camino.
-Sangre- digo y mi padre se detiene –Huelo sangre- digo de nuevo y él se gira y me toma del rostro.
-Yo también- murmura –Perdóname por cualquier cosa que pase de ahora en adelante, pero siempre jure cuidarte hasta el último día de mi vida y aunque sabemos que no será hoy- cierra sus ojos –Te cuidare- toma mi mano.
Siento el olor a sangre cada vez más cerca, es como si estuviéramos acercándonos hacia él, nuestra guía es la sangre y cuando siento el tope en mi inhalación mi padre mueve una de las paredes y encontramos la salida.
-¡Aquí es!- dice él y aprieta mi mano. Mi ropa negra y la suya se pierde en la oscuridad de la noche.
-Gustav- se escucha la voz de un hombre detrás de nosotros. Ambos nos giramos y junto a el están otras dos personas.
Mis ojos van hacia un rojo cuando puedo oler su sangre y trago hondo moviendo mi cabeza de un lado a otro.
-McGregor- dice mi padre, su mandíbula se aprieta –Estaré agradecido de por vida con usted, pero hágalo- suelta mi mano y es cuando siendo como el hombre pone las suyas en mi brazo.
Mis ojos se abren cuando mi padre cierra los suyos –Vamos- el tira de mi brazo y mis ojos se vuelven de un color rojo sangre y mis colmillos aparecen intentando morder al hombre justo antes de que sienta como una inyección en puesta mi cuerpo y mis parpados pesen.
-Te amo Victoria, y jure cuidarte hasta el último día de mi vida. Iré por ti, hija mía- eso fue lo último que escuche de mi padre antes de que la oscuridad llenara mi vista.
Dos meses después…Victoria-Es el momento en que estoy sorprendida de estar viviendo esto contigo- la voz de Elisa se escucha en el lugar. Ella se tira a mis brazos y la estrecho como si fuéramos de nuevo dos niñas pequeñas.-Gracias- el pequeño pañuelo que me está pasando es para que pueda limpiar un poquito las lágrimas antes de dañar todo el maquillaje que se había esmerado en hacer Katherine.-Lograste ser una imbécil en ciertos momentos pero también te mereces cosas buenas en este mundo- asiento y trato de detenerla porque si no terminare con un reguero de lágrimas y maquillaje.El sonido de la puerta detienen mis palabras, una cabeza se asoma por la puerta y entra Susan al lado de Katherine. Ellas tres son mis damas de honor, primero porque mi única amiga ha s
Casi todos estaban sentados en el living de la casa de McGregor, Elisa aún estaba riéndose mientras fue de camino a la cocina seguida por Christine que le propuso darle algo de comer, seguida de Christine estaba Katherine porque sabía que su mujer era un sumo desastre, así que mejor prevenir antes de que todo se volviera un desastre andante.Así que ahora estaba Elisa tomándose un batido junto a Katherine bajo la atenta mirada de Christine.-¿Eres la mate de Cristian?- la mujer hace la pregunta pero la mitad bruja se gira y hace una mueca.-Por cómo vamos, seguramente no- se encoje de hombros hasta que sintió la mano de Christine en el hombro.-No eres la Elisa que conozco, la niña capaz de todo e incluso de detener a un alfa- le dedica una sonrisa mientras termina de beber el batido.-Algunas cosas pueden variar ¿No?- le da una sonrisa ambas mu
AndrewParezco un león enjaulado mientras estoy caminando de un lado a otro por todo el lugar, quiero que mis piernas se detengan pero al mismo tiempo no lo deseo. Estoy molesto, enojado y malhumorado.-¡Santo Dios! Siéntate- dice Susan lanzándome un trapo de cocina en la cabeza. Lo tomo con algo de molestia y me giro a mirarla –No me mires así, yo no soy la mujer que quiere matarse para volver a vivir- dice ella y yo le lanzo el trapo de vuelta.-¡Hey! Con mi mujer no- dice Christopher con algo de risa. Trato de dedicarle una sonrisa porque al mismo tiempo siento un peso fuera de mi cuerpo. Hasta que sin duda me sonrió con el viendo como Christine ahora está al lado de él dándole un golpe en la cabeza.-Buenas- una voz suave pero grave se escucha por todo el lugar, me giro porque ya los demás estaban mirando
ElisaEl cristal no enciende y la adrenalina en la habitación se está volviendo tensa. Mi mano se estira en busca de Andrew y poder detenerlo, mi madre no se acerca a él por nada. Ella se ha posado ahora al lado de Victoria.-No lo entiendo- dice mi madre –Ella es su prima de sangre- vuelve a decir pero abre de nuevo el libro agitadamente buscando entre las demás páginas. Todo se queda en un silencio sepulcral y ahora veo como el padre de Victoria está levantándose.-No, ahora no- alzo mi mano y luego la giro logrando que Gustav vuelva a caer de nuevo en un sueño profundo. Mi madre mira ahora en mi dirección mientras que mi otra mano esta alzada para retener a Andrew.-¡¿QUÉ MIERDA HAN HECHO?!- le grita pero su mirada no se aparta.-No es solo nuestra decisión, es la de ella- le dice acercándom
Cada vez se alejan más y más, sus pasos se hacen más distantes mientras yo me quedo enterrando mis garras en el frio del lugar. No puedo soportar el hecho de que ella esta caminando hacia esa cabaña sin saber exactamente quien está allí, o tal vez sí.Mi gruñido es algo que sale natural de mí. Me he trasformado y mis puños se aprietan con fuerza.-Te lo dije, ellas saben lo que hacen- niego y asiento al mismo tiempo sintiendo una confrontación bastante fuerte.**VictoriaElisa está a mi lado, sé que los que están dentro de esa cabaña no se esperan en ningún momento la llegada de nosotras y eso es una ventaja que estoy manteniendo, que tampoco tenga ventanas hacia esta vista es otra de las tantas.Nuestros pasos son suaves en medio de todo
ElisaEstamos caminando por el pasillo, ella toma mi brazo y tira hacia atrás.-Tu madre, que venga- asiento y salgo del escondite. Entro al living y siento la mirada de todos sobre mí, evito a Cristian cuando hago un movimiento con la mano y hago que se siente de nuevo. Christine posa una mano en el hombro de él y se queda estático.-Te necesito, puedes venir- mi madre baja su mirada a mis manos y ella asiente.-Permiso- ellos nos miran marcharnos. Ella no dice nada y yo tampoco hasta que llego a donde esta Victoria. Mi madre ahora ve hacia nuestros ojos y deja salir un suspiro.-No te lo diré- dice Victoria causando que mi madre asienta y lleve sus manos hacia la sien de ella. No es que ella tenga el mismo poder que pueda tener los vampiros pero mi madre ha llevado sus poderes a niveles muy altos y eso me parece muy asombroso.Ella cierra sus ojos y lu
Último capítulo