Capítulo 9.
León observa el dolor de Aitana y su rostro está a punto de desfigurarse por completo por el dolor.
— Escúchame, él… tu padre, está vivo.— La palabras salen arrebatadas.
— ¡Déjame…! ¡Déjame!
Él la toma por el rostro haciéndola mirarlo a los ojos, obligándola a centrar su atención en el… y sólo en él.
— Tu padre está vivo.— Repite esta vez con más calma para dejarla procesar lo que intentaba decirle.
Aitana se congela en el momento en que escucha esa frase.
— ¿Cómo?
“Esto debe ser un sueño, o una pesadilla” Piensa Aitana buscando alguna clase de inconsistencia en su alrededor, algo que le dijera que no era real, las paredes, los muebles, el rostro de León pero…
Las palmas de las manos de él sobre su rostro se sentían cálidas, suaves y reales.
Ella cierra los ojos, negando con la cabeza, su desesperación podía jugarle malas pasadas.
—No, Santiago… Santiago me dijo… que ahora… estoy… sola que...
— No estás sola… — Dice el…
“Me tienes a mí” Ese pensamiento lo sorprende, ¿Qué estaba p