Leonora sonrió al escucharlo, entendiendo la razón por la cual Ulises había logrado convencer a Celeste.
—Esa fue idea de Ulises, no mía —no quería participar en la "pelea" entre sus dos hijos.
Envió una captura del mensaje a su hija, y Celeste lo leyó.
En las palabras de su madre no había ni la menor intención de forzarla, incluso solo le había pedido a Ulises que le "diera el recado".
Celeste: ¡Qué irritante! ¡Ulises había distorsionado los hechos a propósito, haciéndola ir en vano, perdiendo dos horas y sin poder comer la comida casera de Marisela!
En cuanto a cuál era la verdadera intención detrás de esto.
Celeste esbozó una sonrisa fría.
Era que Ulises quería ver a Marisela, quería que Marisela le cocinara, básicamente se coló a una cena.
—Bueno, ya no hay problema, cuelgo mamá —le dijo Celeste a Leonora por teléfono.
Las dos terminaron la llamada, y Celeste marcó el número de Ulises, preparándose para "bombardear" a cierta persona.
¡Qué egoísta! ¡Qué despreciable!
¡Si quería cola