—Tal vez esté actuando, señor, pero también es posible que realmente lo hayan intimidado las palabras que usted le dijo anoche —respondió el mayordomo.
—El señor se esfuerza mucho por crecer y por heredar la empresa. No es posible que se la entregue fácilmente al señor Leonel.
—Y además está el señor Octavio, el culpable de "asesinar" a su madre. A veces el odio puede vencer todo.
Eduardo frunció los labios, reflexionando sobre estas palabras.
Tenía razón, tampoco podía subestimar el odio de Lorenzo hacia toda la familia de Octavio.
Viendo a sus "enemigos" triunfar tanto en fama como en fortuna, mientras él no tenía nada, ¿realmente Lorenzo se conformaría?
Así que la verdadera razón por la que Lorenzo cooperó voluntariamente esta vez era...
—Solo temo que esté fingiendo, y que después reprima todo hasta enfermarse, para finalmente explotar de manera más grave e incontrolable —suspiró el anciano con tristeza.
Podía hablar con dureza, pero su preocupación era genuina.
Realmente temía el