Expuso su muñeca, mostrando la totalidad de esos gemelos de zafiro.
—¿Qué te parecen estos gemelos? —preguntó.
—Hace un momento vi que el señor Cárdenas los miró por un segundo, ¿probablemente los encontró bastante buenos?
Lorenzo no entendía por qué venía a presumir esto ahora, solo eran unos gemelos, ¿acaso él no podía comprarlos?
—No es más que coquetería —dijo Lorenzo con palabras frías y sarcásticas.
—Creo que están bien, de todos modos a mí me gustan mucho —dijo Ulises sonriendo sin inmutarse.
—Aún no me has respondido qué fue exactamente lo que ayudaste a Marisela —preguntó Lorenzo nuevamente.
Porque ya habían llegado al ascensor, si no preguntaba ahora ya no tendría tiempo.
Un empleado del grupo Bustamante se acercó a presionar el botón. Ulises se quedó parado en su lugar sin responder, esperando que Lorenzo entrara primero.
Los dos se miraron fijamente. Lorenzo no tenía intención de irse así, tenía que saber el resultado, así que mantuvo presionado el botón para evitar que se