Al día siguiente, lunes.
Lorenzo se levantó temprano, se aseó y se arregló. Al salir, instintivamente miró hacia el comedor.
Los hábitos de dos años no se pueden cambiar de la noche a la mañana, aún no se había acostumbrado al hecho de que Marisela ya se había ido.
Ya no había nadie que le preparara la comida, ya no había nadie esperándolo en casa sin importar la hora.
Guardando sus emociones melancólicas, salió de casa. El guardaespaldas lo esperaba en el garaje y ya había comprado el desayuno de la casa de té.
Lorenzo comió sin expresión, sabía como masticar cera, solo era para mantener las funciones vitales.
Estaba mirando su teléfono. Las personas que había enviado eran muy competentes, ya le habían enviado fotos de Marisela yendo al trabajo.
La chica llevaba hoy un traje negro profesional: arriba una chaqueta con camisa blanca, abajo una...
Falda ajustada al cuerpo, además llevaba medias negras.
Lorenzo, que estaba comiendo, se atragantó. El atuendo de Marisela era un poco...
Dema