Después de todo, tenían caracteres similares, eran cómplices, personas de la misma calaña.
Del otro lado. Viendo la expresión de la chica al hablar, Ulises asintió y continuó comiendo.
Marisela también bajó la cabeza.
El tiempo pasó segundo a segundo nuevamente, esta vez quien se sintió incómodo no fue Marisela sino el propio Ulises.
Sobre la pregunta que había hecho antes, después de decirla, la respuesta de Marisela lo había satisfecho mucho, pero por alguna razón, sentía algo "extraño".
Como si hubiera venido deliberadamente a probar algo, cuando Marisela nunca se lo había tomado en serio, y él venía a enfatizarlo otra vez, siendo mezquino.
...Y además, si Marisela se preguntara por qué Germán había dicho eso, podría pensar que no hay humo sin fuego, y así lo relacionaría con él.
Ulises levantó la cabeza nuevamente, abrió ligeramente los labios para aclarar una vez más, pero finalmente se tragó las palabras.
Porque Marisela ya había respondido antes, ella sabía que era comportamient