—Mira la captura de pantalla, ya te dije, Ulises no sabía que Germán ya te había contado, por eso me pidió que te dijera —Celeste defendió a Ulises.

Marisela abrió la imagen, y con esto, parecía que realmente había malentendido al otro.

—Ya, no hagas más preparativos, un par de gemelos es suficiente —dijo Celeste otra vez.

—Francamente, ni regalos ni dinero tendrías que darle, invitarlo a cenar ya es hacerle un favor.

—Ulises se lo buscó, ¿quién le mandó molestarte sin razón? Se aprovechó de que eres buena gente —se quejó Celeste.

—Este tipo de personas, cuando hace algo por ti es para redimirse. Ya sabes qué, ni la cena le des, no se la merece.

Al escuchar las palabras de su amiga, Marisela sonrió.

Celeste era una verdadera amiga, se ponía completamente de su lado, y al final hasta atacaba a Ulises, que era quien había hecho el trabajo.

Las dos charlaron un poco más antes de colgar, Celeste le insistió una y otra vez que no comprara más regalos ni preparara dinero, pero Marisela sigui