Capítulo 460
Todo por esa simple frase, «te extraño», él había decidido venir.

Celeste, un poco aturdida, lo miró fijamente. El alcohol que había consumido comenzaba a hacerle efecto y su cabeza se sentía ligeramente mareada.

Sin pensarlo demasiado, rodeó con sus brazos el cuello de Lorenzo y apoyó su cabeza en su hombro.

El aroma masculino, cálido y familiar de Lorenzo la envolvió, haciéndola sentir segura.

—¿Bebiste mucho? —preguntó Lorenzo al percibir el ligero olor a alcohol en su respiración.

—Me siento mareada —se quejó Celeste, con un tono suave—. ¿Por qué decidiste quedarte?

Sabía que a Lorenzo no le gustaba la familia Jiménez y pensaba que se iría sin más.

Su voz, tierna y apacible, sonaba casi como un mimo.

Lorenzo entrecerró los ojos, mientras sus largos dedos comenzaban a masajear con paciencia las sienes de Celeste. No respondió directamente a su pregunta.

—¿Conoces a ese tipo? —preguntó, refiriéndose a Gabriel.

A Lorenzo no le había importado dejarlo ir sólo porque Celeste lo había pe
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