Capítulo 250
En la cama del hospital, Jacob ya abrió los ojos, mirando fijamente a Celeste.

Ella se apresuró a decirle:

—¡Ya despertaste! El médico dice que te rompiste una costilla. Aquí las condiciones médicas no son suficientes. Le he avisado a tu hermano y vendrá pronto a recogerte. Aguanta un poco.

Jacob asintió suavemente con la cabeza. A punto de hablar, de repente vio las marcas moradas de contusiones en la muñeca de Celeste y su mirada se volvió filosa al instante.

Celeste se sorprendió un poco. Siguiendo la mirada de Jacob, miró hacia su propia muñeca. De inmediato retrajo la mano de manera un tanto incómoda.

La ropa que le prestó la dueña de la casa tenía las mangas un poco cortas, incapaz de ocultar las marcas en su muñeca.

Con solo ver la ropa que Celeste llevaba puesta, que no era suya, y las contusiones en su muñeca, era fácil deducir lo que le había sucedido.

—¿Cómo se atrevió a tratarte así? —la voz de Jacob sonó gélida.

Celeste bajó un poco la mirada y le respondió frunciendo el
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