Aisha a penas puede entender algo mientras se desliza dentro de su habitación con el corazón latiendo acelerado bajo su pecho.
Afortunadamente ni Talía ni Sáhara estaban en la habitación.
Aisha alzó su colchón para poner debajo de este el dinero que Gala le había dado, llevaba ahorrando desde hace años y aquel era su escondite.
"Ya basta de pensar en ese macho."
Gruñó interiormente para sí misma sentándose sobre su cama pues desde que lo había dejado atrás no paraba de pensar en Kieran.
Quizás solo despertaba su curiosidad por el poder que sentía emanar de su cuerpo. O por ser hijo del Alfa y la Gobernante Dana. Sin embargo, esa noche cuando le había sonreído, por un momento. Aisha se quedó perdida.
Su corazón se apretó y su cuerpo se sintió extraño.
—Eso solo curiosidad —masculló por lo bajo antes de salir de su habitación después de tomar una toalla.
Necesitaba darse un baño y así olvidaría todo lo que tenía que ver con aquella emoción indescriptible.
*
Al día siguiente en