Nadie sabe dónde está el Alfa Amarok. Los híbridos buscaron a su Alfa sintiéndose perdidos.
La diosa luna les había prometido al Alfa y cuando él encontrara a su Luna el Bosque oscuro sería la manada más fructífera y poderosa. Pero su pérdida hacía que todos sintieran la opresión.
—Wyatt, ¿Dónde está mi hijo? — sollozó la mujer frente a su cuñado.
Ella junto a su esposo habían fundado hace siglos atrás el Bosque oscuro. Fueron de los primeros lobos en romper la ley y antes de permitir que les quitaran a su cachorro decidieron irse a las tierras lejanas que hoy eran el Bosque oscuro.
Lamentablemente la Diosa Luna había decidido llevarse a su macho quedándose sola con su hijo y su cuñado a quien habían llevado al ser tan pequeño.
—No lo sé, Bethany. Yo también estoy tan preocupado por él. Estoy organizando tropas para ir en busca de él, sin embargo, sabes que no podemos salir del Bosque oscuro.
Eso representaría una amenaza para él ya que los Alfas y la Gobernante de los cuatro reinos