—Niño, corriste tan fuerte que no pude detenerte —se quejó Gala cuando llegó.
Kieran se tensó al mirar a la bruja y sintió una opresión en el pecho.
—¿Sabes algo sobre ella? ¿Cómo puedo recuperarla? —preguntó angustiado acortando el paso que los separaba.
—Créeme, en ese instante no me di cuenta que algo estaba sucediendo. Estábamos muy ocupados entrando en la psique de Alison.
Kieran asintió con la cabeza, sabiendo que ella tenía razón. Era él quien tenía la culpa por haber dejado a su hembra, no debía haberse ido con Alison y esto no estaría sucediendo.
—No te martirices. Esto tenía que pasar de alguna manera. Aisha estaba destinada a encontrar su verdad.
—¿De qué verdad hablas? —indagó él apretando la mandíbula.
La bruja lo miró con ojos suspicaces antes de suspirar.
—Aisha encontró de donde provenía. Ahora mismo está en su hogar. Pero me temo que no es fácil llegar a ella.
—¿A qué te refieres?
Él cada vez se sentía más molesto y angustiado, la opresión en su pecho era difícil de d