-¡Agh! Me duele la espalda, estas camas no son nada cómodas – dijo Abi incorporándose en la camilla de aquel hospital.
-No se preocupe, señorita Page, que estoy seguro de que el señor Salvatore se encargará de que usted este muy cómoda el día de hoy – dijo Roy de manera Socarrona.
Heather miro a Roy, se echó a reír y entonces Abigail rodo los ojos con fingido fastidio – ¡No me digas que tu también estas con la misma estupidez! – espeto.
-¿Cuál estupidez? – el hombre levanto los hombros con indiferencia, pero de sus labios se queria escapar una sonrisa.
-Esa de Dominic y yo – bufó.
-¡Abi, pero si no es ninguna estupidez! – exclamó Heather.
-¡Cállense ustedes dos! Y que extraño que estés tan divertido hoy, Roy, en primer lugar, porque tu conoces muy bien a Domin