Por Gonzalo
Mi madre me pidió que vaya a retirar una tela para un vestido que tenía que hacer, no me pide demasiados favores y aunque fueran muchos, es mi madre, pero Marta piensa que solo tenemos que resolver los pequeños problemas de su familia.
Como le aseguré a mi madre que le retiraba la tela que necesitaba, mi novia ya estaba de mal humor, a veces es realmente insoportable.
Apenas entramos a la boutique, mis ojos encontraron a una chica que estaba de espalda, parecía que estaba terminando de maquillar a una clienta, su culo me hizo recordar el de la chica que conocí la otra vez, la que se llama Debora.
Escucho que la clienta le dice.
-Sos la mejor, gracias Debi.
Ella giró y yo no pude ni reaccionar por la sorpresa.
-Debi, vení que te presento a mi hijo y a su novia.
Ella, muy campante y nuevamente dueña de la situación, se acercó con una sonrisa, saludó a Marta y luego a mí.
Nos saludó con un beso en la mejilla y esa sonrisa…
Esa sonrisa burlona, que tenía la otra vez, eso era l