Por Débora
-Hola chiquita.
Cuando pretendo darle un beso, Debi me saca la cara.
-¿Qué pasa?
Le pregunto sin saber porque no quiere que la bese.
-¿Me estás cargando? Volviste con Marta.
-No, no volví.
-El otro día temblabas y estabas pálido cuando te llamó su hermano, a tu manera, la querés, dejame en paz a mí.
-No la quiero.
-¿Vos sabés cómo estabas cuando te enteraste que se quiso suicidar?
-Me preocupé, sí y me impresionó la noticia, pero no es porque yo la ame.
-Ya basta, dejá de mentir.
-Chiquita, te amo a vos.
-No, el otro día saliste corriendo por ella.
-Necesito hablar con vos, ¿Vamos a mi departamento?
-No, con vos no voy a ningún lado.
No pensé que Debi iba a malinterpretar que yo hubiera ido a ver a Marta, lo hice por compromiso, porque en el fondo, sé que siempre me porté mal con ella, fui porque me apenó.
-Débora, estoy enamorado de vos y quiero estar con vos.
-No se nota, saliste corriendo por ella.
-Te llevo a donde digas, pero de verdad quiero hablar con vos.
-No.
Es ca