Ariane
La música suave continúa sonando.
El anillo es hermoso y tan grande como me gustan.
Él me lo puso en el dedo. Brilla con mil luces. Se endereza y me toma del cuello para darme el beso más apasionado que jamás me ha dado, un beso lleno de promesas, promesas de alegría, de felicidad, de amor y sobre todo de mucha adoración. Sí, porque él me adorará, me aseguraré de ello. Nos besamos hasta quedarnos sin aliento. Los invitados aplauden, finalmente nos separamos, luego, él me invita a bailar, el ritmo es languido, pegada a él, con la cabeza apoyada en su hombro, su mano en mi cintura, mis brazos alrededor de su cuello, bailamos al mismo ritmo. El calor que emana su cuerpo me penetra a través de nuestra ropa. Algunos invitados se unen a la pista, pero para nosotros nadie existe más que nosotros, estamos en nuestro mundo, estamos en nuestra burbuja.
- Disculpe,
¿Qué idiota viene a interrumpirnos? Nos damos la vuelta para ver quién tiene la imprudencia de molestarnos en un mo