John
Subimos a su vehículo para ir a su casa. Veo todo el arsenal que ha desplegado para recibirme. Eso ya dice mucho. Que debo jugar con astucia. Y si descubre una pequeña falla en mi argumentación, seré un hombre muerto. Haré todo lo posible para salir de aquí vivo y sin que él sepa que proviene de mí.
Llegamos a su morada donde todos están tensos. Siento la tensión en el aire. Pero hago como si todo estuviera bien.
- Bienvenido a mi casa.
- Gracias. Es muy bonito aquí.
Me conduce a un gran salón.
- Siéntate, ¿qué tomas?
- Dame un whisky sin hielo.
Me ofrece lo que pido y desaparece durante unos instantes. Aprovecho para levantarme y observar a mi alrededor. Mis pies me llevan hacia la gran ventana que está abierta, miro afuera y estoy asombrado por todos esos guardias que hacen ronda.
Él regresa hacia mí. Y le hago la pregunta que me quema los labios:
- No he tenido la oportunidad de preguntarte por esa joven que llevaste contigo la última vez que nos vimos. ¿La has libera