Ariane
- Ya veo, ¿sabes por qué no te llamó? Es porque ahora está en pareja conmigo, así que ahora entiendes por qué te hice la pregunta.
- Sí, señora, lo entendí, pero por favor, no me pegues más.
- ¿Crees que tienes derecho a hablar?
Le doy otro golpe, ella llora, suplica.
- Te lo ruego, tienes razón, no diré nada más.
- Te voy a dar una opción: o te quedas aquí durante dos días, y yo vengo de vez en cuando para darte algunos latigazos, o te quedas a mi servicio durante una semana, y durante esa semana serás mi sirvienta, harás todo lo que te pida. ¿Eliges quedarte aquí o venir conmigo?
- Iré contigo, señora.
- Muy bien, perra.
La desato y me vuelvo hacia mi amado, ¿tienes algo que decir sobre su nuevo puesto para la semana?
- No, señora, usted es la jefa, no tengo nada que decir.
Sonrío, puede ser bromista a veces.
- Sígueme y no te quedes atrás, no porque estés herida vas a descansar, ve a lavarte, y ponte un uniforme de sirvienta, luego reencuéntrame donde sea que esté, te doy