Lisa
Empiezo a llorar, a grandes lágrimas.
- Te voy a masajear los pies, está bien.
Hay que reconocer que desde el embarazo, me he vuelto más sensible y más irritable. El pobre Héctor ha visto de todo. Pero, afortunadamente, siempre ha mantenido la calma. Termino de comer mi helado que, por supuesto, él me da y ahora tengo sueño. Empiezo a bostezar, él viene a recoger.
Luego se desliza a mi lado en la cama. Me cuesta encontrar una buena posición. Al final, consigo dormir un poco.
Un mes después
Un dolor fulgurante me atraviesa el abdomen, me despierto de un salto. Desde ayer, no me sentía muy bien, el pobre Héctor ha visto de todo. Lo despierto:
- ¿Mi amor, mi amor?
- ¿Hmm?
Pero no se despierta.
- ¿Héctor?
- ¿Honn?
Salta de un salto.
- Es la hora, creo que los niños llegan.
- ¿Eh.....?
Salta de un salto y corre a meterse en la ducha.
- ¿Dónde están las bolsas para la maternidad? No las veo.
- ¡Eres un idiota, cómo puedes encontrarlas en la ducha, ve al vestidor!
- Sí... sí...
Está co