Lisa
- ¿Es cierto?
- Claro, ¿dudas de ello?
- No, siempre dices la verdad.
- Es cierto que siempre digo la verdad.
Él fija un punto en mi cuello, y su dedo se posó sobre algo.
- ¿Qué hay?
- Tienes algo en el cuello, como un chupetón.
- No veo nada, ¿no fuiste tú quien lo hizo?
- No, parece más antiguo.
Él se endereza y me observa durante mucho tiempo.
- ¿Has visto a mi hermano últimamente?
¿Qué debo responder a esta pregunta?
¿La verdad o la mentira?
Prefiero mentir, no quiero arruinar el ambiente.
- No, desde la última vez en mi casa, no tengo noticias de él.
Él me escruta con la mirada para convencerse.
- ¿No me crees?
- Claro que sí, todo está bien, no dudo de ti, de hecho, me pregunto qué está preparando, porque si aún no ha reaparecido, no es una buena señal.
Está preparando algo muy sospechoso. Me pregunto cómo pudimos pasar nueve meses en el mismo vientre, ¡somos tan diferentes! Te asignaré un guardaespaldas, por tu seguridad.
- ¿Crees que es realmente necesario?
- ¡Sí, es prim