Héctor
Después de salir de casa de mi hermano, fui a mi club de striptease.
Me gusta mucho el vaivén de las chicas, el movimiento de sus traseros, el triángulo entre sus muslos imaginando mi miembro allí en sus calores reconfortantes. Subo a mi oficina, donde puedo tener un ojo en todo lo que sucede en el club. Hago un acercamiento a los senos de una de las bailarinas. Son magníficos, los imagino entre mis manos haciéndolas sufrir, sonrojándolas con mi toque.
El gerente viene a verme.
- ¿Qué hay de nuevo?
- Tenemos nuevas chicas que quieren trabajar.
- ¿Cuáles son tus impresiones?
- A primera vista, hay dos que tienen potencial. He despedido a las otras dos.
- Diles que pasen a la sala de mantenimiento. Quiero ver de qué son capaces.
- Claro, señor.
Él se va y yo miro el video en el que puedo ver a las dos mujeres desfilar, luego se posicionan en el pole dance para hacer una prueba de baile. Son magníficas y esos senos tan bien formados, sé que voy a acostarme con esas dos.
Llamo al