Victorio
Finalmente, me he casado, estoy muy feliz porque ella me ha preferido a mí en lugar de a mi hermano. Por una vez, gano una batalla contra él y eso es suficiente para mi felicidad.
Acabamos de entrar en nuestra habitación, la puerta se cierra tras nosotros. Ella se vuelve hacia mí... su mirada lo dice todo, me desea y voy a ocuparme de ella como se debe.
- Sabes, tengo un pequeño antojo. Voy a ver si hay chocolates en el frigorífico.
¡Mierda! Y yo que creía que me quería a mí. Esta mujer es muy enigmática. Se dirige hacia el frigorífico y lo abre, saca una tableta de chocolate, la desembala y muerde en ella. Cierra los ojos y lo saborea. ¡Hum, debe ser muy bueno! Me gustaría estar en el lugar de ese chocolate. Quiero que me muerda así, que me lama como lo hace con ese chocolate.
- Hum...
¡Mierda! Oírla gemir de esa manera despierta mi tercer miembro. Empiezo a desvestirme. Ella intenta distraerse comiendo, yo termino de desvestirme, hago a propósito quedarme desnudo para que v