Ariane
Lo miro mientras él hace lo mismo, es tan hermoso mi hombre, mi rey, el padre de mis hijos. Nunca habría pensado, ni en mis sueños más locos, ser tan feliz en la vida. El señor me ha dado un hombre maravilloso, él está loco por mí y además es un padre maravilloso. ¿Qué más se puede pedir? Accede a todos mis caprichos, hace todo lo que le pido. Le recuerdo lo que quería preguntarle:
- Mi amor, quiero una estatua a mi imagen.
- Muy bien, lo haré después de nuestra luna de miel. A nuestro regreso, la encontrarás frente a ti.
- De acuerdo, también quiero un retrato de mí. Luego otro de tú y yo y finalmente de nuestra familia.
- ¿Entonces tres retratos?
- Sí, pero, podemos hacer un cuarto para la habitación.
- De acuerdo, lo haré como tú quieras.
- Gracias, mi rey, ahora ocúpate de mí, aún tengo ganas de ti.
- Hum... yo también tengo muchas ganas de ti.
Se levanta conmigo y me lanza sobre la cama, va al vestidor, regresa con cuerdas en la mano. ¿Por qué todo esto?
- No te preocupes,