Ariane
- Cállate, Philippe, siempre tienes algo que decir.
- ¿Y qué? Expreso en voz alta lo que los demás dicen en voz baja, replica él.
- ¿Por qué siempre quieres ser desagradable cuando todo el mundo sabe que me amas?
- ¡Dices tonterías!
- Todo el mundo sabe que no puedes vivir sin mí. ¿Crees que no lo sé?
- ¡Ven a comer y deja de soñar!
Finalmente, mi rey interviene:
- ¡Basta, ustedes dos! Todos sabemos que se adoran. ¡Así que dejen de fingir! ¡Mi reina, ven a sentarte junto a mí!
- ¡Noooonnnn!
Todo el mundo se queda paralizado ante ese "no" dramático: es Tara quien dice que no.
- Quiero estar cerca de papá, ¡yo soy su reina!
Me quedo bloqueada en mi impulso. Auracio también, muestra una sonrisa arrogante. ¡Y a mí no me gusta eso! Le respondo a Tara:
- No, yo soy su reina, tú eres solo su princesa.
- Papá... ¿no soy yo tu reina?
- Sí, Tara, tú eres mi reina, la única y también mi princesa.
- No, quiero ser tu reina, pero mamá será la princesa.
Le respondo para enojarla:
- Yo no soy